Más allá de mis sueños... (ficción)

No puedes mirarme a los ojos y cuando me hablas tartamudeas porque te pones nervioso... ¿Crees que soy tu amiga?...

Me haces sentir como una niña, cada vez que conversamos por teléfono o a través de la computadora no dejas de refregarme en la cara lo infante que soy, pero cuando me tienes frente a ti noto tu mirada y el quiebre de tu voz, me haces pensar que te pongo nervioso o al menos eso creo dejando volar mi imaginación y haciéndome ideas que en realidad no son...

Verte después de tiempo me hizo sentir cosas muy extrañas, quizás son aquellos nervios o más latentes aún que sentía cada vez que te veía tiempo atrás, puede ser que este exagerando un poco, pero solo plasmo a través de este medio que mis sentimientos hacia ti crecen cada día más. Eres todo lo contrario a mi, tú eres tímido y yo no, eres callado y yo hablo hasta por los codos, creo que por ser lo opuesto a ti es que me atraes.

Tu manera de ser es impredecible, a veces puedo sentirte el hombre más dulce y tierno del mundo, pero otras veces un poco silencioso y cortante, es cierto que me hago ideas donde no las hay y pienso cosas que no son, pero presiento que a veces puedo incomodarte con más de una timbrada o llamadas que suelo hacerte para solo preguntar: ¿Cómo estás?

Escuchar tu voz me llena de calma y tranquilidad, eres prohibido y lo sé, hay muchos obstáculos que nos separan, pero puede ser que en algún tiempo no muy lejano podamos juntarnos y conocernos más y poder hacerme conocer como realmente soy, si me dieras un poco de tiempo y paciencia podrás saber que no soy la niña que sueles pensar y tal vez puedas descubrir cosas en mi que jamás te hubieras podido imaginar.

Tratas de evitarme quizás porque temes a algo que pueda pasar, pero no te has puesto a pensar que ¿si arriesgas puedes ganar?

Me tienes frente a ti y tu voz se sigue quebrando, no me miras a los ojos por temor a algo...